Liberator Erik
Conoce a Erik
Edad: 33
País: Suecia
Hemofilia A
Reto: Escalada
Conoce a Ida
Edad: 38
País: Suecia
Hemofilia A
Papel en el reto: Entrenadora
Hola, mi nombre es Erik. Tengo 33 años y soy una persona aventurera que ama la naturaleza por encima de todo lo demás. También me gusta leer, ver películas y todo tipo de juegos y hago ejercicio regularmente con el fin de preparar mi cuerpo para mis aventuras futuras.
Es importante para mí mostrar no solo a mí mismo sino también a los demás, que incluso con hemofilia A severa puedo llevar a cabo los mismos retos que el resto de personas.
Mi próximo reto va a ser subir al Kebnekaise, la montaña más alta de Suecia. Y tan pronto lo consiga, empezaré a pensar en la siguiente.
En algún lugar del mundo.
Hacia una nueva aventura.
BLOG POST 1
Solsticio de verano, preparativos y mudanza
Junio, verano y calor. El verano es la estación en la que nos está permitido a los que no somos niños saltar al agua. Para mí, este verano será sobre todo un periodo para estar relajado, pero además supondrá un periodo de cambios, de trabajo, de hacer ejercicio y de socializar.
Solsticio de verano
Celebramos el solsticio de verano en la ciudad de Misterhult, con un picnic con frutas. Los más mayores se vistieron con los trajes tradicionales suecos y bailaron alrededor del Palo de Mayo (maypole en inglés), tal y como es costumbre. Hasta ahora, está siendo un verano típico sueco, con temperaturas máximas de 35°C y mínimas de 11°C, por lo que sin sorpresas por esa parte.
Preparativos para el ascenso
En mi primera conversación con Ida, hablamos sobre todo acerca de cómo debería entrenar antes del ascenso al Kebnekaise. Para prepararme, correré y andaré con una rutina de intervalos tanto en ascenso como en descenso. El entrenamiento en intervalos es algo que siempre me ha gustado, ya que supone un gran esfuerzo en un periodo corto de tiempo. Te permite esforzarte hasta alcanzar máximo. Nada te hace tener la sensación de merecerte un pequeño descanso como el entrenamiento en intervalos de alta intensidad.
Los entrenamientos hasta ahora han ido más o menos bien. La verdad es que los mosquitos me han animado a correr rápido. Hay muchos insectos en verano. Los mayores motivadores son los tábanos, al intentar evitar que te alcancen.
El momento de una mudanza
Se acerca el momento de la mudanza. Soy una persona inexperta en las reformas y me he encontrado con muchos imprevistos, ya sólo me queda aplicar un poco de yeso, lijar y empapelar la pared para poder relajarme un poco. Las cosas nunca salen de la manera de la que te gustaría y muchos de los materiales que he usado parecen no querer dejarse hacer lo que quiero. Empiezo a sentir que la ascensión a la montaña se acerca. Me siento en buen estado de forma, falta por ver si es verdad.
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¡El tiempo vuela! Por fin he terminado con la reforma del apartamento y con la mudanza. El resultado final no está nada mal. Ahora es el momento de centrarme en los preparativos, disfrutar del campo y salir a correr. Y, quizás, es todo lo que necesito. Después de todo, nunca sabes cómo de exigente va a ser un reto hasta que tienes que afrontarlo. Y siempre tienes que viajar preparado.
Estamos planeando abordar la ruta de Abisco a Nikkaloukta para llegar casi hasta el final del Kebnekaise. De momento, está haciendo tanto calor en el norte como en el sur, pero la recomendación de Ida es llevar ropa abrigada y calzado con mucho agarre porque nunca se sabe si el tiempo va a cambiar.
Ya comienzo a estar nervioso, no queda mucho tiempo. Pero, hasta entonces, espero que estéis disfrutando de lo que queda de verano.
BLOG POST 3
He decidido viajar en tren, de manera que, estoy pudiendo ver zonas de Suecia que no visitaría de otra forma. De momento, tengo la sensación de que el tiempo avanza muy despacio, ya que es un viaje largo. La siguiente parada es la ciudad Kiruna y lo primero que veré será la mina en lo alto. Es enorme y una atracción en sí misma, de hecho, algunas partes de la ciudad se trasladaron de sitio debido a la mina.
He cargado las pilas con el desayuno. Después, iremos a comprar las cosas de última hora antes de comenzar el viaje a Abisko. Allí es donde comenzará el reto, sin importar el tiempo que haga. El Kebnekaise está tan solo a unos días de distancia. Puede ser que durante unos días no consiga publicar nada, ya que no sé si tendré cobertura allí, pero haré todo lo que esté en mi mano para intentar enviaros algunas fotos bonitas desde las montañas suecas.
Ida me deseó buena suerte una vez más y me pidió que me asegurara de que tenía todo lo esencial conmigo.
¡Hasta pronto!
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Día 1
Llegamos a Abisko en autobús el 16 de julio a las 3:57 pm, nos hicimos socios del STF (Asociación Sueca de Turismo), pesamos nuestros equipajes y nos pusimos en marcha.
En este primer día caminamos a lo largo del cañón, siguiendo el camino del río. Nos encontramos con muchísimos mosquitos que parecían felices de vernos. Por supuesto, nosotros no estábamos tan felices de verlos a ellos. El cielo está nublado. La ruta es relativamente sencilla y somos capaces de seguir un buen ritmo. Durante el camino, tomamos algunas fotos y también paramos para meditar (hay muchos lugares bonitos para hacer una parada a lo largo del camino). Seguimos hasta Abiskojaure, que es nuestra primera parada. Montamos nuestras tiendas, tomamos una sauna y después fuimos a tomar un baño en las frías aguas de un arroyo.
Día 2
Hemos dormido razonablemente bien en la tienda. Está lloviendo. Algunos pájaros han usado nuestra tiendo como baño, así que, comenzamos el día limpiando.
Hay un pequeño refugio donde se puede cocinar el desayuno y también unos aseos para la rutina de la mañana. Hemos recogido todas nuestras cosas rápidamente. El camino de hoy será de alrededor de 24 km, y es la parte de la ruta en donde el paisaje de montaña comienza aparecer. El camino empieza a ascender y dejamos el parque nacional de Abisko. El clima sigue siendo lluvioso pero nos sorprendió con un momento de sol.
Ahora podemos ver lejos, en la distancia, las altas montañas y los valles. Hay un lago precioso al este de la ruta y una zona para cría de renos al oeste. El viento sopla. El camino ahora es rocoso y más complicado. De vez en cuando nos encontramos con otras personas, los saludamos y a veces intercambiamos algunas palabras. La jornada de hoy es larga, pero llego con paso ligero al campamento, lleno de energía y por delante de mi compañera.
Día 3
Tras socializar en Alesjaure y coger provisiones, hablamos acerca de qué camino seguir. Quizás es la llamada de la montaña Kebnekaise la que hace querer tener un ritmo rápido, o la emoción de poder ver hasta cuánto puedes caminar.
Con la altura y la acumulación de los días caminando, sentimos el peso y el cansancio. Hoy el día es soleado y se nota el calor. Según avanzamos, nos encontramos con un hombre un poco mayor que camina a un ritmo muy rápido. Se ha olvidado sus termos y debe andar un kilómetro extra. Mala suerte, pero pasa a veces. El camino está rodeado de vegetación y cubierto con unas flores típicas de la montaña.
Hemos decidido seguir la ruta por el paso alto de Kungsleden, el paso de Tjäkta, que está a 1.160 metros sobre el nivel del mar. El paisaje tiene un aspecto cada vez más alienígena según subimos más alto. Hay tantas rocas en el camino que casi no se ve por donde continúa. También hay zonas con nieve que debemos atravesar, pero pronto estaremos bajando de nuevo hacia la ciudad de Sälka.
Esta etapa del camino ha sido muy dura para mi compañera, tiene ampollas en sus pies. Necesitaremos tomar un buen merecido descanso en Sälka.
Día 4
Hoy llegaré a la cima del Kebnekaise. La parte más difícil es decidir qué ruta seguir. La mayor parte de las personas con las que hablamos han escogido otro camino y una estrategia diferente, y estoy a punto de descubrir el por qué. He cambiado nuestros planes iniciales un poco, ya que Frida no va a ser capaz de llegar a la cima. Así que me convenzo a mí mismo de hacer la siguiente etapa: Sälta – Durlings Led – Västra Leden (camino del oeste) – Kebnekaise – STF Kebnekaise. No debería ser tan difícil.
Sin embargo, me estaba engañando a mí mismo. Cuando Durlings Led entra en el valle, deja de ser un camino. Solo se ven rocas y las paredes inclinadas del valle. Es difícil avanzar y se hace muy duro para los pies, pero este camino tiene sus ventajas: atraviesa un valle con una preciosa pradera llena de flores. Mucha gente acampa aquí y me dicen que debería hacer lo mismo.
Pero siendo cabezota… Continúo el camino sin tener el final a la vista. Hago una parada para un almuerzo y conozco a Dane que me sugiere que hasta donde quiero llegar está muy lejos para completarlo hoy y que supone demasiada diferencia de altura.
Él acabará llevando razón en cierta medida. Al final de Durlings Led, atravieso un poco de nieve. De vez en cuando, tropiezo con las rocas afiladas y mis pies están cada vez más mojados. Me encuentro con una fuerte pendiente según comienzo el camino del oeste.
Una vez allí, comienza el ascenso de 400m. Sólo hay rocas y gravilla, así que necesito hacer un gran esfuerzo para mantener el equilibrio. Estoy cansado, ha hecho mucho sol durante todo el día y me doy cuenta ahora de que no traje nada de sal. Pero sólo hay un camino posible: hacia adelante.
El camino a la cima es duro y lento, pero afortunadamente me encuentro con otros escaladores y una simpática pareja noruega me da una sopa salada en la pequeña meseta. Puedo ver ya la cima nevada del lado sur del Kebnekaise. Hace el tiempo que deseamos. Es una vista increíble. Es una sensación impresionante estar aquí arriba, y a pesar de estar cansado, siento que ha merecido la pena todo el esfuerzo para llegar aquí.
Desde la cima puedes deslizarte hacia abajo, pero se tiene que tener cuidado ya que el camino tiene desniveles. No me puedo relajar aún. Después de todo, es un largo camino el que queda para llegar al refugio STF Kebnekaise. La ruta Sälka - STF Kebnekaise ha sido de alrededor de 33 km, con una diferencia de altitud de entre 1.600-1.00 metros (el paso de Kaffedalen supone un aumento de altitud de 200 metros) y un largo camino hacia abajo. Creo que todo ha salido muy bien. Ha sido muy duro y definitivamente no como yo esperaba. Pensé que sería más sencillo. La ruta es más una lucha contra las rocas que una sencilla caminata.
Las vistas son impresionantes. Ojalá todas las personas tuvieran la oportunidad de visitar Kebnekaise algún día.
BLOG POST 5
Cuando terminas una escalada tienes dolores y una cierta sensación de alivio, pero desde la experiencia, sé que cada escalada te hace necesitar otra; quieres volver a salir, quieres ver más. Sientes algo mágico cuando estás en lo alto de una montaña y miras el paisaje desde allí. Por un momento, tienes la sensación de que todo está bien en el mundo. Yo sentí eso tras escalar el Kebnekaise. Pero fue un reto más agotador de lo esperaba, y eso me sorprendió un poco. Había rutas más sencillas para llegar a lo alto de la montaña de la que escogí, pero me siento muy contento por lo que he conseguido. Volveré cuando tenga otra vez la oportunidad.
Pero ahora es el momento de descansar. Muchas gracias a todos por el tiempo que habéis dedicado a leerme. Os deseo muchos éxitos para lo que queda de año.
Es posible vivir una vida más allá de la hemofilia.
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